Tras las activaciones del protocolo de alarma, países como Alemania, Austria, Bélgica y Reino Unido decidieron vetar las importaciones de los productos españoles. Rusia ha ido incluso más lejos, vetando la entrada de productos hortofrutícolas de todos los países miembro de la UE. Estados Unidos ha ordenado revisar las importaciones de pepinos, tomates y lechugas españolas "hasta nuevo aviso". Esto ha provocado que después del bloqueo total de los mercados-que ha durado una semana- el nivel de las exportaciones españolas no llegue al 20% en el caso de Alemania, siendo incluso menor en Francia y Países Bajos.
No sólo el volumen de exportaciones se ve afectado, el precio también. Así, según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), no solo el pepino ha sido el perjudicado: en quince días el precio ha bajado un 40% en berenjenas, un 68% en patatas, un 37% en tomate valenciano y 30% en calabacín. También la fruta de verano se ha visto perjudicada seriamente. La pérdida de cotización afecta de lleno a buena parte de la fruta de hueso de la Comunidad Valenciana: cereza (-75%), albaricoque (-50%) o nectarina (-30%). Mientras, el precio de las sandías y melones es un 25% inferior.¿Qué otras repercusiones está teniendo esta crisis? La retirada de algunos productos para ser destruidos, entregados a centros de beneficencia o emplearse para la alimentación vegetal porque no se han podido vender las cosechas. Y lo más grave, la pérdida de empleos en el campo y almacenes; las pérdidas en empresas de transporte y en las proveedoras de envases y de otras materias auxiliares.
Las posibles ayudas que la Unión Europea propone se sitúan en torno a los 150 millones de euros, cubriendo sólo el 30% de las pérdidas. España y otros ocho países (Alemania, Bélgica, Francia, Dinamarca, Grecia, Países Bajos, Portugal y Polonia) han reclamado que las indemnizaciones cubran el 90% al 100% de las pérdidas, lo que podría suponer del orden de 450 millones de euros.
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